Dijo que anoche lo llamaron dos veces a su casa y se hicieron pasar por su hijo de 15 años. Por suerte, el adolescente estaba en su casa. "Si hubiera sido la noche anterior, que salió, todo hubiera sido distinto", dijo.
El primer llamado fue a la una de la madrugada. Como estaba durmiendo, no alcanzó a atender el teléfono. El segundo fue a las 2.30. “Papá, papá, ¿estás ahí?”, preguntó una voz desesperada que era igual a la de su hijo de 15 años. Al escucharla, el concejal Juan Aicega no se desesperó: sabía que su hijo dormía en una de las habitaciones de su casa, pero igualmente decidió hacer pública su experiencia para que la población tome los recaudos pertinentes en estos casos.
“La voz del otro lado del teléfono era igual a la de mi hijo. Hablaba igual”, se sorprendió el concejal. “Por suerte mi hijo estaba en casa, por lo que el secuestro virtual no tuvo el efecto que pudo haber tenido si no estaba”, comentó a LA CAPITAL, todavía amargado por los llamados nocturnos.
Aicega mencionó que la noche anterior a la del intento de secuestro virtual su hijo había salido. “Cuando pienso en el tema, eso es lo que más me preocupa: si hubiera sido esa noche, tal vez todo hubiese sido distinto. Hubiese creído que era él”, indicó.
El edil del PRO aseguró que en los últimos días escuchó que hubo “varios casos similares de personas cercanas”. Y acotó: “Cuando esto se extiende, es bueno decirlo. Muchos no lo quieren contar por una cuestión de privacidad. Pero es bueno que la población esté alerta. Esta es una mezcla de secuestro con cuento del tío que puede tener consecuencias graves: te hacen llevar a un lugar plata para un rescate, con los peligros que eso conlleva”.
Aicega recomendó tomar recaudos: “Si llaman y un hijo no está en casa en ese momento, lo mejor es contactarse rápido con él por otra vía telefónica, chequear que esté bien y no dar ninguna información por teléfono a quienes están llamando”.